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Postura del lápiz y escritura

Escribir a mano es fácil

Una posición adecuada del lápiz, una postura erguida al sentarse y una posición de la página adaptada a la mano que escribe son los mejores requisitos para escribir relajadamente.

Consejos sobre la postura del lápiz, la postura sentada y la posición de la página

Para que escribir resulte fácil, no sólo es importante dominar las letras y la ortografía. Las condiciones generales también determinan lo relajado que se está al escribir.

Una buena postura al sentarse relaja la espalda y el brazo que escribe

Cuando los niños -pero también los adultos- se concentran en escribir o dibujar, a menudo aparece la siguiente imagen: los ojos se entrecierran, las piernas se anudan y la nariz se cierne apenas unos centímetros por encima del papel. ¿Quién no ha forzado la espalda y el cuello en esta postura? Esta postura sentada no sólo es agotadora para la espalda, sino que también estorba a la hora de escribir o dibujar. Sobre todo en el caso de los niños, la altura de la mesa y de la silla debe ajustarse a la estatura del niño para que pueda adoptar una postura sentada lo más relajada posible. Lo ideal es que los pies toquen completamente el suelo, la espalda esté erguida y los antebrazos descansen holgadamente sobre el tablero de la mesa. Las rodillas y los codos deben formar cada uno un ángulo de unos 90 grados. Dado que a los niños se les queda pequeña rápidamente la ropa y, en consecuencia, el mobiliario, es buena idea disponer de mesas y sillas regulables en altura que puedan ajustarse individualmente.

Pequeño ajuste, gran efecto: la posición correcta de la hoja

Si el niño ya está sentado cómodamente en la mesa, es importante que el brazo con el que escribe también pueda moverse libremente. Esto significa que, para los diestros, la parte derecha del escritorio debe estar despejada, y para los zurdos, la parte izquierda. Esto también se aplica a la lámpara de escritorio: debe desplazarse hacia el lado de la mano que no escribe. De este modo, la luz viene de la dirección opuesta a la mano que escribe y ya no proyecta sombra sobre el papel. A la hora de elegir la posición del papel, hay que tener en cuenta las diferentes necesidades de los diestros y los zurdos. Para los diestros, es aconsejable girar la hoja unos 30 grados en el sentido contrario a las agujas del reloj, para los zurdos hasta 45 grados en el sentido de las agujas del reloj. Con este pequeño truco, lo que acabas de escribir ya no quedará cubierto ni emborronado por tu propia mano que escribe.

¿Qué significa una buena postura ante el lápiz o bolígrafo?

Uno de los temas más abordados en el aprendizaje de la escritura es la postura del lápiz. Ya en la edad preescolar, cuando los niños se dedican a dibujar y hacer cosas, adquieren la postura del lápiz. Por eso es importante utilizar lápices y bolígrafos adecuados desde el principio: para fomentar el agarre con tres dedos, son adecuados los lápices triangulares ligeramente más gruesos que ofrecen orientación y agarre adicional gracias a las hendiduras de agarre. Lo ideal es que el lápiz descanse libremente sobre el dedo corazón y sea sujetado por abajo y por arriba por los dedos pulgar e índice. De este modo, el pulgar y el índice pueden mover fácilmente el lápiz en todas direcciones mediante una combinación de movimientos de la muñeca y los dedos, mientras que el dedo corazón soporta el peso del lápiz.

 Unos ejercicios sencillos y divertidos facilitan la práctica de la prensión con tres dedos. Pequeño truco: a los niños se les puede dar, por ejemplo, una goma de borrar para que la sujeten en la mano con los dedos anular y meñique. De este modo, sólo tienen tres dedos para sujetar el lápiz. Sin embargo, si los niños ya han adquirido una postura diferente para el lápiz, a menudo es difícil volver a aprenderla. En este caso, hay que centrarse en optimizar la postura del lápiz utilizada: El lápiz debe agarrarse de forma relajada, es decir, los nudillos no deben "doblarse" al sujetarlo. Un signo de demasiada presión es cuando los nudillos de la mano ya se vuelven completamente blancos. Para que la mano tenga suficiente libertad de movimiento, la muñeca no debe doblarse, sino mantenerse lo más recta posible.