¿Qué significa una buena postura ante el lápiz o bolígrafo?
Uno de los temas más abordados en el aprendizaje de la escritura es la postura del lápiz. Ya en la edad preescolar, cuando los niños se dedican a dibujar y hacer cosas, adquieren la postura del lápiz. Por eso es importante utilizar lápices y bolígrafos adecuados desde el principio: para fomentar el agarre con tres dedos, son adecuados los lápices triangulares ligeramente más gruesos que ofrecen orientación y agarre adicional gracias a las hendiduras de agarre. Lo ideal es que el lápiz descanse libremente sobre el dedo corazón y sea sujetado por abajo y por arriba por los dedos pulgar e índice. De este modo, el pulgar y el índice pueden mover fácilmente el lápiz en todas direcciones mediante una combinación de movimientos de la muñeca y los dedos, mientras que el dedo corazón soporta el peso del lápiz.
Unos ejercicios sencillos y divertidos facilitan la práctica de la prensión con tres dedos. Pequeño truco: a los niños se les puede dar, por ejemplo, una goma de borrar para que la sujeten en la mano con los dedos anular y meñique. De este modo, sólo tienen tres dedos para sujetar el lápiz. Sin embargo, si los niños ya han adquirido una postura diferente para el lápiz, a menudo es difícil volver a aprenderla. En este caso, hay que centrarse en optimizar la postura del lápiz utilizada: El lápiz debe agarrarse de forma relajada, es decir, los nudillos no deben "doblarse" al sujetarlo. Un signo de demasiada presión es cuando los nudillos de la mano ya se vuelven completamente blancos. Para que la mano tenga suficiente libertad de movimiento, la muñeca no debe doblarse, sino mantenerse lo más recta posible.